Mensaje: #1Comer gorgojos vivos: Otra mentira para curar el cáncer.

por **Chesire Dubois** Mar Sep 22, 2015 12:10 pm

La "Coleoterapia" es una pseudomedicina que pretende curar diversas enfermedades como el asma, la psoriasis, dolores (aquellos en los que la morfina no hace nada), parkinson, SIDA o cáncer, con el consumo de unos insectos llamados gorgojos (concretamente la variedad Ulomoides dermestoides). La hipótesis nunca probada es que estos coleópteros al llegar al estómago, mueren y liberan una "sustancia desconocida" llamada coleotoxina que tiene diversos efectos contra muchas enfermedades.

El promotor de esta idea es un argentino llamado Rubén Dieminger que no ostenta ningún título de médico ni basa sus afirmaciones en ningún estudio científico, sino en leyendas y testimonios. En su página web cuenta que una vez escuchó a una anciana que contaba que había escuchado de un soldado alemán que cayó herido en un granero. Tenía heridas y hemorragias en su cuerpo, y tuvo que permanecer durante diez días ahí. Lo único que tenía para comer eran gorgojos. Y su salud mejoró en vez de empeorar. Ergo, los gorgojos curan.

La terapia consiste en comer gorgojos de forma creciente, empezando por 1 e incrementando uno al día hasta llegar a 70 y luego reducir uno por día hasta llegar a cero. ¿Qué estudios ratifican esta dosis y posología? ninguno, solo la experiencia de las personas que la siguen. ¿Cual es el mecanismo de funcionamiento? Pues aunque el propio Dieminger reconoce que no tiene conocimientos científicos, ha desarrollado lo que él mismo llama como "hipótesis científica" según la cual, la cura "se basa en la acción antineoplásica natural obtenida por la ingesta del Tenebrio Palembus Dermestoides que liberaría en el organismo proteínas, una cadena de aminoácidos y una sustancia desconocida que denomino ¨Coleotoxina", cuya acción incentivaría el sistema inmunológico activando la generación de linfocitos "T" que tendrían una actividad antiviral, antiproliferica e inmunomoduladora". Afirma que esa es su "teoría no desmostrada". Anima al estudio científico y promociona una red de solidaridad para regalar gorgojos.

Las webs de naturopatía que se han hecho eco de esta patraña atribuyen a la "terapia" un origen ancestral en China. Además, destacan la bondad de esta terapia por ser natural (en este caso no es una planta, sino un bicho el que cura), ser gratuita (no como los medicamentos, que sólo benefician a las farmacéuticas), el origen humilde del promotor (hay que desconfiar de la ciencia y sus alianzas corporativas) y los testimonios de personas a las que les ha funcionado como prueba de su eficacia (en aquellos casos en que no funcionó, es porque la enfermedad estaba muy avanzada).

Las críticas a esta práctica vienen por varias vías. Por una parte, se trafica con unos insectos prohibidos por ser considerados plaga. Además, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina destaca la falta de fundamento científico para su utilización y el potencial peligro para la salud pública (los insectos son huéspedes de parásitos).

El éxito y difusión de esta práctica puede explicarse por diversos factores:
- El origen natural (incluso milenario y oriental, según algunas fuentes) de la terapia, reforzado por la falacia naturalista según la que lo que procede de la naturaleza es sustancialmente bueno.
- Lenguaje pseudo-científico para explicar el funcionamiento junto con el baño de humildad, que cala en cierto sector de la población que desconfía de los científicos a los que ven como una élite que no está realmente interesada en "que la gente se cure".
- Evidencias basadas en testimonios en lugar de experimentos controlados. Ya que algunas personas desconfían o no entienden las estadísticas, pero entienden y creen en lo que una persona concreta (o alguien que conoce a alguien) cuenta que le pasó.
- Gratuidad y colaboración para el reparto de insectos y solidaridad para hacer frente a la enfermedad, que contrasta con la creencia de que las farmacéuticas sólo les importa el beneficio económico.
- El esfuerzo tiene una recompensa. Al igual que pasa con la "Orinoterapia", si eres capaz de hacer el esfuerzo de comer escarabajos vivos, beber tu orina o cualquier otra práctica que provoque rechazo, estarás dispuesto a creer que cualquier mínimo cambio se debe a esa actividad. Incluso percibirás cambios dónde no los hay, como dejar de sentir dolor.
El tratamiento se realiza simultáneamente o después de una terapia médica, con lo que la mejora puede ser debida no sólo al efecto placebo, sino al efecto del tratamiento médico o al curso natural de la enfermedad.
Fuente: Pseudociencias