Can You $ee It?

allmyLoving [AL] comenzó a molestar a twinAquarium [TA]

AL: ¡Erisol!
AL: ¡Responde ahora mismo o iré yo misma a traerte de esos horribles cuernos que tienes!
TA: aquii e2toy ladiie.
TA: ¿que e2 lo que quiiere2?
AL: Tan solo que ya te tardaste mucho. Y estoy esperando a que regreses.
AL: Sinceramente, necesito a alguien a quién molestar.
TA: nyeh.
TA: diije que iiba a e2tar ocupado con ciiertas co2a2 en el bo2que, damn.
AL: Te la has pasado mucho tiempo en el bosque,
AL: ¿Me estás ocultando algo acaso?
TA: ¿para que querriia yo hacer algo como e2o?
TA: anya creo que deberiia2 confiiar ma2 en mii.
TA: a2ii como yo lo hago.
AL: Vale, no debí echarte bronca así de la nada.
AL: Tan solo se me hace extraño que te desaparezcas por días, te intento hablar por aquí y no me respondas.
AL: ¿Sabes cuántos mensajes te he dejado?
TA: 2ii.
TA: lo2 leii todo2.
TA: joder, parece2 lo que u2tedes llaman "mamá".
TA: ere2 como kanaya en todo ca2o.
AL: Tsk...
AL: Bien, tan solo reporta lo que has hecho.
TA: lo 2iiento ladiie, pero ya debo iirme.
TA: 2ee ya.

twinAquarium [TA] dejó de ser molestado por allmyLoving [AL]

- DAMN! -cerró con frustración su portátil y con una mano, se revolvió el cabello. - Erisol, siempre me haces esto y no es algo justo.
Anya era una chica de 15 años que vivía cerca de un bosque muy colorido, normalmente llamado "Bosque de Trúfulas", cuyos árboles, en vez de tener hojas, eran de un extraño pero suave pelaje de colores dignos de cualquier libro de fantasía. Anya era una chica de aspecto delicado, pero su naturaleza era totalmente diferente. Tenía 15 años y su cabello era largo y alborotado, teniéndolo algo gráfilado en capas y esos picos apuntando a todas direcciones, de color negro como la noche. Su altura era bastante pequeña, llegando a medir 1.55 y lo que más llamaba la atención de Anya eran sus ojos. Una persona normalmente tendría los ojos de un solo color, o en otro caso, de diferentes colores. Pero los de Anya era, lo que llamarían, únicos, pues en sus iris tenía nada más y nada menos que un arco iris. Todos los colores se encontraban en sus hermosos ojos llenos de vida. Cosa que jamás pareció considerarlo extraño, pues sabía que no había nadie más con estos ojos y el que ella fuera dueña de semejantes colores, la hacía sentir orgullosa.
- Whatever - suspiró profundamente y miró hacia el cielo azul - A veces me preocupa que vuelva a perder el control como en su antigua sesión.
Anya y Erisol eran inseparables, ya que ambos eran sobrevivientes de un peligroso juego llamado SBURB, el cual los hizo entrar en contacto entre sí. Erisol no era un humano, sino otra especie de un universo alterno a los humanos, y esta especie se catalogó como troll. Los Trolls son una raza de aliens. Vienen de un planeta llamado Alternia, en un universo alterno. Tienen piel gris, ojos anaranjados con iris gris oscuro, dientes puntiagudos, uñas amarillas, y pelo y labios negros. Una de sus características más notables son los cuernos rojos, naranjas, y amarillos, que salen de su cabeza, cuya forma se asemeja a los caramelos de maíz, según Anya. Ambos eran, lo que llamarían las personas, una pareja. Habían vivido tantas cosas juntos, así como el haber presenciado la muerte de sus otros camaradas que, después de ganar el juego y volver a reiniciar el mundo, decidieron permanecer juntos mientras esperaban la llegada de sus amigos.
- Siento que... - hizo una larga pausa, acomodando el portátil entre sus brazos, como abrazándolo - ... que las cosas aun no terminan y siento que me falta una misión más que completar.
Se puso de pie lentamente y caminó hacia una roca que estaba cerca de ella, apoyando la espalda en ésta y cerrando los ojos. Pensó en Karkat. ¿Cómo estaría él? Karkat fue uno de los supervivientes del juego y la última vez que le miró, éste estaba con Kanaya. Ambos eran trolls y entabló una amistad muy cercana hacia ambos. ¿Qué pasaría con los demás? Esa era una pregunta que jamás salía de su cabeza. Pensaba en lo mucho que le encantaría abrazar a Karkat, su mejor amigo a final de cuentas. Anya seguía metida en sus pensamientos hasta que escuchó una vibración en su bolsillo. Algo alarmada, metió la mano y sacó su móvil.
- ¿Erisol? - ladeó la cabeza un poco mientras revisaba. Era un mensaje de él, a Anya le habría resultado normal hasta que miró lo que estaba escrito. - "Hagas lo que hagas, no vuelvas a molestarme en el Pester o te bloquearé" ¡¿Ah?! ¡Erisol, cuando te vea te mataré por decirme eso! -guardó su móvil molesta y corrió a dejar su portátil a la casa.

Erisol era un troll bastante alto, midiendo 1.78, contrastando bastante con Anya. Su ojo izquierdo era rojo, mientras que el otro era azul. Lo que resaltaba de Erisol, además de sus cuernos y el color de su piel, eran sus orejas, siendo más grandes que las de cualquier troll, ésto debido a que Erisol era un troll del mar y sus orejas eran más grandes para escuchar las vibraciones bajo el agua.
- Anya, no eres más que una molestia ahora mismo - resopló molesto mientras se arreglaba el sombrero de copa que tenía puesto.
Erisol era un troll al que le gustaba estar solo, pero debido al contaste acoso por parte de Anya lo obligó a alejarse de ella por varios días. Su mente había estado confusa debido a extraños sueños que había tenido y que lo perseguían en su mente cada vez más. Los trolls naturalmente son seres violentos, que se les entrena desde pequeños para servir como guerreros y así ir a conquistar otros planetas a nombre de su cruel gobernante. Las ideas de matar y conquistar nunca se van de las mentes de los trolls, solo se guardan en su subconsciente.
- Damnit, mi cabeza... - se quejó con voz dolida mientras se sujetaba la cabeza con ambas manos.
"Deberías hacerlo ahora que estás solo. Nadie te detendrá ahora mismo."
"No lo haga2, Erii2ol. Ya hemo2 matado a mucha2 persona2 para volver a hacer má2 daño."
"No escuches a ese mutante, hazle saber a estos lowwbloods (sangre baja) quién manda. Tú fuiste creado para eso, ¿no lo olvvidas?"
Esas dos voces en su cabeza siempre peleaban entre ellas. Erisol lo único que podía hacer, era tratar de ignorarles, pero las peleas eran cada vez más frecuentes hasta el punto de ser imposible escucharlo.
- Por favor, dejen de estar atormentando mi ya patética existencia - gruñó algo molesto, sin dejar de sujetar su cabeza.
Busco rápidamente algo para calmarse, pero estaba en medio de la nada. Solo árboles y árboles a su alrededor. Empezó a desesperarse. Las ganas de destruir algo eran cada vez más y más fuertes. Sus ojos se abrían más y más, dejando mostrar de a poco su naturaleza violenta y agresiva. Las voces en su cabeza no dejaban de discutir, una de ellas quería el control total sobre su cuerpo y la otra tan solo se quejaba de todo lo malo que había pasado antes; Erisol caminaba torpemente por el lugar, buscando insistentemente algo que pudiese calmarlo pero sus intentos eran en vano.
- F*CK!! ¡ANYA, DÓNDE ESTÁS! -gritó fuertemente y después de eso, cayó de espaldas al suelo; tapándose las manos con la cara - Sh*t...