Durante 15 años (Two-shot)

El otoño llegaba a su fin dando paso al invierno, comenzaba a hacer más frío, los días se volvían más cortos, las noches se volvían más largas, el cielo se podía observar más nublado, sin duda era una estación que implicaba muchos cambios.

Era domingo, mi reloj de muñeca indica las tres, la hora acordada, pero no parecía llegar la persona que me cito aquí, exhale un poco de aliento sobre mis manos para poder calentarlas, hoy era un día particularmente frío, pero aun así había aceptado la invitación que me había hecho, me había dicho que me vería la entrada del parque a esta hora
- no parece que vaya a venir – solté casi como un suspiro, me acomode mi abrigo blanco y metí las manos en los bolsillos, había olvidado traer mis guantes, pues me había avisado hace menos de veinte minutos, pero como dijo que era algo importante no pude negarme – será mejor volver – me sentí con cierta decepción, me gire hacia la calle para irme, fue cuando vi que estaba frente a mí, su respiración se notaba agitada pues venía jadeando, creo que tuvo que correr para llegar a tiempo – llegas tarde – solté con cierta molestia, solo me miro de arriba abajo, formo una sonrisa despreocupada y se encogió de hombros
- lo siento – habló de cierta manera alegre – tuve algunos problemas para llegar, me encuentro en una situación algo problemática – parecía no darle mucha importancia - vamos a sentarnos, vine corriendo y me entro el cansancio – soltó un suspiro, asentí y nos dirigimos a una de las bancas cercanas, se quedo en silencio, simplemente miraba hacia adelante, mirábamos como las personas pasaban y parecían despreocupadas, otras parecían tener algo de prisa, algunas parecían felices, otras tristes, cada una con una expresión diferente – me mudare – dijo de repente, no había asimilado sus palabras, simplemente gire a verle, me miraba, su mirada de cierta manera reflejaba amabilidad y tristeza – me mudare a otra ciudad – dijo con su tono despreocupado
- cuando te mudaras – fue la única pregunta que salió de mis labios
- mañana mismo, por eso quería verte hoy – me respondió
- pero, pero estamos a mitad de año, no te puedes quedar hasta terminar el año, no te preocupa perderlo – le pregunte como un poco de preocupación
- pues los papeles para mi trasferencia ya están listos así que no hay problema por eso – me respondió simple – a decir verdad lo de la mudanza mis padres ya lo estaban planeando, ellos esperaban que los transfirieran – me explico, supongo que mi rostro debía mostrarse sorprendido
- adonde te irás – pregunte intentando estar en calma, no quería que se fuera, es una persona muy importante para mí, a pesar de que nunca podre decírselo
- nos mudaremos a la ciudad que se encuentra en el sur, recuerdas aquella en donde ocurrió ese evento internacional – al parecer no recordaba el nombre, asentí con la cabeza, aquella ciudad esta lejos, sería difícil volver a vernos – pero está muy lejos, así no podre volver muy seguido – se quejo
- y para que quieres volver, seguro harás muchos amigos y amigas allí – solté con cierta molestia, al ser una persona tan sociable, no tenía duda que se adaptaría a su nuevo entorno, me molestaba saber que poco a poco olvidaría a sus amigos de aquí, que me olvidaría a mí, solo pensar en ello, me dolía
- pues para venir a visitarte – confeso con naturalidad, me sorprendí un poco ante lo que dijo, sentí como un ligero calor se asomaba por mis mejillas – después de todo tengo que venir a visitar a mis amigos, también te incluyó a ti obviamente – respondió con una sonrisa amistosa, eso me decepciono un poco, nunca me vería como algo más fuera de la amistad, pero al menos me ponía un poco feliz que quisiera venir
- gracias – le respondí formando una leve sonrisa, que correspondió
- lo malo es que como está lejos no podre venir muy seguido, pero para eso existen las redes sociales – afirmo de manera positiva
- pues sí para eso sirven – le respondí con un tono de obviedad
- pero sería mucho más interesante si fuera por medio de cartas – respondió
- eso me suena más a alguna pareja de una novela romántica o algo por el estilo – le respondí con cierto tono de broma, pero al oírme sonrió ampliamente
- cierto, cierto, pero eso lo hace más interesante – respondió de manera animada, lo mire con cierta curiosidad – he tomado una decisión, un paso importante, quiero que mi primera vez sea contigo – me dijo alegre pero serio, tomando mis manos, no entendí sus palabras incluso sentí como mis mejillas empezaban a arder, creo que estaba pensando demasiado – acaso no quieres intercambiar cartas – me pregunto con tono algo intrigado, yo me sorprendí, pero luego de entender solté un suspiro
- era eso – dije con alivio, ladeo la cabeza con curiosidad – claro, te enviare cartas todos los días – le respondí con calma y sonriendo, no podía dejar que supiera lo que pensaba, devolvió la sonrisa de manera alegre
- bien, entonces ese será nuestro secreto, no lo hare con nadie más que tú – concluyó alegre, me pareció ver un ligero sonrojo en sus mejillas, pero quise pensar que solo era mi imaginación, el resto de la tarde, solo conversamos, como si nos volviéramos a ver mañana hablamos sobre los trabajos o tareas, pero también hablamos de lo más curioso o memorable que había pasado desde que nos conocimos, hace dos años, eso me hacía volver a la realidad y darme cuenta de que ya no nos veríamos todos los días.

El día de tu partida, el cielo estaba triste, tan triste que tomo un color gris, derramando sus lagrimas en forma de lluvia, todos nos sentíamos tristes, todo era tan doloroso, que comencé a llorar, lloraba pero la lluvia se encargaba de al menos ocultarlo un poco, porque sé que no hubieras querido verme así, por eso sonreía, sonreía mientras lloraba, mientras me despedía de ti, pero conservaría nuestra promesa y te escribiría todos los días, te esperaría.

Mi mente estaba en blanco, estaba sobre la silla mirando a la hoja en blanco, que estaba sobre el escritorio de mi cuarto, no sabía que poner
- le dije que le escribiría todos los días…pero, ¿Qué puedo poner? – me pregunte con algo de duda, se me vino una idea a la mente, así que empecé a escribir en la hoja, llenándola completamente, me sentí feliz por haber logrado terminar, por lo cual puse la hoja en un sobre y salí, camine hasta el buzón que estaban en la esquina de la calle, metí la carta mientras seguía sonriendo, pero me di cuenta de algo – eso es muy vergonzoso – me dije con cierta vergüenza, sentía mi cara arder, “por qué escribí eso tan vergonzoso, no soy ningún tipo de colegiala enamorada”, pensé para empezar a sacudir el buzón, con la esperanza de sacar mi carta, pero fue inútil, con derrota me volví a mi casa, donde entre a mi cuarto y me tire sobre la cama, abrace mi almohada contra mi pecho – fue muy vergonzoso – susurre para cerrar los ojos, logrando dormirme. Al siguiente día, mi vida paso muy normal, la única diferencia era que faltabas tú, toda la rutina parecía no haber cambiado, pero se sentía más aburrida, más solitaria. Otra vez y otra vez, siempre se repetía lo mismo, la rutina se volvía cada vez más aburrida, pero mis otros amigos me hacían compañía por lo cual no se sentía tan solitaria, pero lo que no cambiaba era la forma de mis cartas, me di cuenta que esos vergonzosas cartas que te escribía, que bien parecían poemas, me salían de forma natural, lo cual me empezaba a asustar, ya que no sabía cómo podrías reaccionar, pero no tuve que preocuparme de eso, ya que no recibí respuesta, durante el primer año te escribí sin falta todos los días, cartas que demostraban los sentimientos de mi corazón, pero no recibí respuesta, aun no recibo respuesta.

Ya había pasado el primer año de tu partida, ahora estamos en el segundo año, la rutina ha cambiado, ya no me parece tan aburrida como antes, pero aun me sigues haciendo falta tú, he conocido nuevas personas, he hecho nuevos amigos y eso me alegra, aun ahora te sigo escribiendo, pero ya no son las cartas tan vergonzosas como las del primer año, pero por tratar de que no fueran tan vergonzosas como las del primer año, tuve varios accidentes, ya que por concentrarme tanto, a veces olvidaba que dejaba la cocina prendida, tanto fue mi descuido que en más de una ocasión mi casa se incendio, aunque por increíble que parezca, esto no llamaba mi atención y seguía escribiendo, por lo que terminaba con la ropa chamuscada o quemada, pero no me había pasado nada, digamos que tuve mucha suerte y eso se convirtió en parte de mi rutina, pero aun así no recibí respuesta tuya, aun cuando te enviaba cartas todos los días y ni siquiera el incendio en mi casa llamo mi atención, no recibía respuesta, aun no recibo respuesta.

Durante el tercer año quizá tomar las cosas con más calma, había estudiado sobre la literatura dándome más ideas de que poner y que no, además que eso hacia mis cartas menos vergonzosas, me había vuelto fan de esos libros e incluso seguía blog que tenían esas temáticas, gracias a ello “mis favoritos” alcanzo un numero que nunca imagine, pero eso me alegraba ya que podía escribirte de maneras diferentes cada vez y eso me animaba a continuar, al parecer gracias a esto mis notas en literatura mejoraron, e incluso hubo rumores sobre él profesor hacia mí sentía algo más, ya que aun estaba en una edad joven, no hice caso e incluso te comente de ello en las cartas, ya que te tengo plena confianza y sé que tampoco creerías eso, pero aun no recibo respuesta, aun no recibo respuesta.

Durante el cuarto año, ya había acabado con mis estudios y ahora me encontraba preparándome para ingresar a la universidad que siempre quise, te comente de ella en mis cartas, y de la carrera que quería seguir, estaba conforme pues me gustaba mucho y sabía que podría tener un futuro en ella, o eso me hacían creer los profesores que me daban ánimos el año pasado, aun con todas las horas de estudio pude llegar a escribirte tan seguido como siempre, me inscribí en un concurso sobre poemas, me da vergüenza que el mío haya ganado, ya que lo hice pensado en ti, ahora gracias a haber ganado publicaran una recopilación de esos poemas, aunque no tengo los borradores de todos lo que te envié, ya que más bien eran cartas, pude convertirlos y espero poder cumplir bien con esta oportunidad, ¿También compraras uno?, aunque no creo ya que para ti son los originales, todos son de mis sentimientos por ti, pero aun no recibo respuesta, aun no recibo respuesta.

Durante el quinto año, logre ingresar a la universidad que quería en el primer intento, todos mis familiares y amigos me felicitaron por persona o por medio de las redes sociales, pero lo que yo más deseaba era una carta tuya, una felicitación tuya también; al parecer el tema del libro de poemas fue muy bueno ya que me pidieron escribir algo en una página social, a pesar de no tener experiencia en ello, tuve nervios, pero igual lo hice, porque sabía que tú me hubieras dado ánimos con aquella hermosa sonrisa que tienes, por lo cual me fue igual de bien que con el libro de poemas, aun así eso se ponía cada vez más serio por lo cual mucha gente se me acercaba y yo desconfiaba, por suerte desistieron, pude encargarme de mi primer año en la universidad, al principio no sentí el cambio, pero ahora cuando recuerdo cuando estudiábamos juntos es muy diferente, así que me esforzare por ambos, como si estuviese junto a mí, aun mandándote cartas pero no recibí respuesta, aun no recibo respuesta.

Durante el sexto año, hubo una enfermedad muy contagiosa aquí en la ciudad, ¿Estás bien?, recuerdo que a mí me dejo en cama por lo menos un mes, me sentía terrible, aun así te seguía escribiendo, porque pensar que tu también estarías sobre la cama sin poder hacer mucho, al igual que yo, pensaba en al menos alegrarte con una carta, ya que aquí ni estudiar dejaban por temor a más contagiados; la enfermedad desapareció y ya no hubo más peligro, solo de que reprobara algunas materias, pero logre aprobar todas, esperaba que también te encontraras mejor, y que me respondieras ya que te seguía mandando cartas, pero no recibí respuesta, aun no recibo respuesta.

Durante el séptimo año, me sentía mejor que nunca, como si nunca me hubiera dado aquella enfermedad, y más bien parecía que me había hecho sentir mejor, lo cual era muy curioso, como me sentía tan bien, aproveche la oportunidad, mis amigos de campus y yo fuimos a algunos lugares por las vacaciones, me gustaron muchos, un hermoso jardín de rosas, la playa, una extraña mansión y muchos lugares más, por lo cual te envié las mejores fotos, recuerdo que me las pase seleccionándolas toda la noche, pero no me importo que al día siguiente tuviera ojeras y bolsas bajo los ojos, solo quería mostrarte los lindos lugares a los que fui, pero no recibí respuesta, aun no recibo respuesta.

Durante el octavo año, no habían sucedidos nuevos acontecimientos, te seguía escribiendo a diario, ponía cada uno de mis sentimientos en estas cartas, había madurado o eso me decían, pues ahora no sentía vergüenza de mandar aquellos fuertes sentimientos que aun tengo en mi corazón, aunque eso no significa que no tuve al menos una que otra pelea con el buzón por las dichosas cartas, aun así siempre sonreía, esperando pacientemente que me respondas, aun guardaba esa esperanza después de tanto tiempo, pero no recibí respuesta, aun no recibo respuesta.

Durante el noveno año, Tenía muchas confusiones, no era por culpa de la universidad, había sufrido un accidente automovilístico, chocamos contra un camión, al parecer salí en una pieza, pero no recordaba ni quién era, mis padres y amigos cercanos me ayudaron, intentaron guiarme y hacerme recordar, aun así hay algo que no olvide, ya que aunque incluso olvide mi propio nombre, aun te recordaba a ti, recordaba que te amaba, que te amo y recordaba que todos los días te mandaba cartas, aun así no recibí respuesta lo seguía haciendo, pero aun no recibo respuesta.

Durante el décimo, el onceavo año, mis recuerdos no regresaban, me dieron un permiso especial para salir de la universidad y no perder mis estudios que había logrado hasta ahora, pero no entendía nada de eso, yo solo quería tu respuesta era lo que más deseaba; me llevaron a varias terapias pero nada funcionaba, solo podía recordarte a ti, por lo cual todos los días te escribía, pero no recibí respuesta, aun no recibo respuesta.

Durante el doceavo, el treceavo año, me habían llevado a más terapias y sesiones, yo no entendía para que hacían todo eso, pero aun así iba, porque no quería ver a mis padres tristes, pero lo que me alentaba era seguir escribiéndote, porque aun te amaba, aun te amo, por eso solo quería tu respuesta, era todo lo que podía desear y querer, lo que más anhelaba, lo que me impulsaba a seguir, pensando si hoy llegaría, pero aun no recibo respuesta, aun no recibo respuesta.

Durante el catorceavo año, mis recuerdos aun no regresaban, veía a mis padres tristes, eso me dolía mucho, incluso a mi me comenzaba a doler no recordar, pues durante las noches, imágenes borrosas invadían mi mente, atormentándome, mis días se volvieron intranquilos, pues ya habían desistido con lo de las terapias, aun así yo quería tu respuesta, quería verte, que estuvieras junto a mí de nuevo, incluso me llegaba a conformar con una palabra enviada por ti, por eso te seguía escribiendo, creía tal vez que tú eras quien podría ayudarme, pero aun no recibo respuesta, aun no recibo respuesta.

Durante el quinceavo año, mis padres y yo nos mudamos a una ciudad al sur, aunque estaba lejos, al parecer para encontrar más ayuda con mi caso, ellos tenían muchas esperanzas que me contagiaban, por lo cual me animaba a sonreír y querer ayudarlos más, por lo que durante la mudanza ayude con algunas caja, pero cuando estaba llevando la ultima esta se me cayó, mi madre se asusto por el ruido, y vino a ayudarme, sentía que mis mejillas las sentía húmedas, estaba llorando, mi madre se asusto, “Lo recuerdo todo”, fue lo único que pude articular, mi madre salió seguramente a avisarle a mi padre, caí de rodillas al piso, sentí mis lagrimas fluir aun más, tape mi boca para evitar gritar, “Lo recuerdo, lo recuerdo todo… tu moriste quince años atrás, el día en que te ibas a mudar”, negué con la cabeza ese hecho, me negaba a creerlo, pero era verdad, yo había asistido a tu funeral, lo recordé porque ese día el cielo me acompaño en mi llanto y mi tristeza; me volví a tapar la boca, lloraba en silencio, a mi mente vinieron los recuerdos de cuando estabas con vida y te tenía conmigo, aquellos recuerdos felices, pero luego de ellos vino el terrible recuerdo de tu perdida, que ya había aceptado, pero aun así me dolía tanto.

Las cartas de amor que escribí para ti, te las he estado enviado por quince años consecutivos, pensé que si te las enviaba podría encontrarte de nuevo, cada día se fueron acumulando en el que sería tu cuarto en esta ciudad, no pude verte otra vez pero aun así seguía amándote, pero tu volviste a desaparecer, otra vez te perdí, no obtuve tu respuesta.

Ahora sigo con mis estudios, alquile el piso donde tu familia vivía, y donde por estos dieciséis años se estuvieron acumulando las cartas para ti, te seguía escribiendo aun cuando no tenía respuesta, tus padres dejaron tus cosas aquí donde nunca pusiste un pie, aun así podía sentirte, como si hubieras vivido aquí. Durante los dieciséis años escribí cartas con todo mi amor para ti, aun no recibo respuesta y jamás la recibiré, aun así yo quiero seguirte escribiendo, porque mientras te recuerdes es como si estuvieras con vida aun, “¿Qué es esto?”, había abierto uno de los cajones que te pertenecía, y adentro vi un sobre con mi nombre, era una carta.

“No importa cuánto tiempo demore para poder verte otra vez, yo te esperare, te esperare porque aun te amo, porque la respuesta que recibí de ti, la única que logre recibir, me lleno de esperanza y fuerza para poder seguir viviendo, gracias.”